LOS NÚMEROS DEL PROYECTO:
MESES DE TRABAJO
DESVÍOS DE TIPO CONVENCIONAL
ENCARRILADORAS
APARATOS DE DILATACIÓN
SEMANA DE ASISTENCIA TÉCNICA
El objetivo prioritario de este proyecto es el de proporcionar una ruta de salida al mar a la pasta de celulosa fabricada en la nueva planta de la empresa forestal finlandesa UPM-Kymmene, la segunda planta de la empresa en el país.
A lo largo de 13 meses de trabajo, Amurrio Ferrocarril y Equipos suministró al Consorcio Constructor Ferrocarril Central (CCFC), adjudicatario de la obra, un total de 124 desvíos de tipo convencional, 20 encarriladoras y 5 aparatos de dilatación, y prestando asistencia técnica en su instalación.
Ha sido un enorme reto de producción, logística y colaboración a ambos lados del océano Atlántico que se ha saldado con éxito, y del que nos hablan ahora Rafael Crespo, corresponsal de Amurrio en Uruguay, y Jean Robert Laarhoven, international sales manager de la empresa europea, en el transcurso de una videoconferencia.
Pregunta: ¿Cuál es el contexto de este proyecto?
Rafael Crespo: El proyecto de Ferrocarril central empieza allá por el año 2017, a raíz de que el gobierno acuerda la instalación en el país de la segunda planta de la empresa finlandesa de fabricación de celulosa UPM. Esta empresa tiene desde hace ya unos 20 años una planta en el litoral oeste uruguayo.
En el año 2015 negoció instalar una segunda plantan Uruguay; una vez definido el emplazamiento, en Centenario (Departamento de Durazno), una de los requisitos que tiene UPM para realizar la inversión es pedir al gobierno una vía de transporte para llevar la producción de la planta hasta el puerto de Montevideo. Tras definir los contratos, el gobierno comienza el proceso de licitaciones para renovar el trazado existente. Se trataba de una vía muy antigua, en la que se habían renovado algunos tramos muy pequeños, y que soportaba solamente 18 toneladas por eje, con durmientes de madera y fijación rígida. La nueva vía soporta hasta 22.5 toneladas por eje a una velocidad de 80 km/h.
Se acuerda hacer una renovación completa del trazado, para adecuarlo a las necesidades del proyecto. Así, en el 2018 se empiezan a elaborar los pliegos de la licitación de acuerdo con la normativa europea.
Al principio hubo muchas empresas interesadas en la licitación, se habló de hasta diez candidatos. Finalmente, cuando llegó el momento de la apertura de las licitaciones hubo tres ofertas. La primera fue de un consorcio de empresas chinas, CMEC y SHDC; la segunda fue de Acciona,; y la tercera de Grupo Vía Central, integrado por las empresas uruguayas Saceem y Berkes, la española Sacyr y la francesa TSO/NGE.
Pregunta: ¿Cómo entra Amurrio en contacto con este proyecto?
Rafael Crespo: Amurrio trabajó desde mucho antes de la licitación para participar en este proyecto. Presentamos nuestras ofertas a seis u ocho empresas. Estábamos trabajando al menos desde 2017, visitando a las empresas que participaban en los data room organizados por el gobierno. Y con una ventaja importante: Amurrio era el único fabricante de desvíos con tecnología europea con una presencia local en Uruguay, donde llevamos trabajando desde el año 2005.
Después de la adjudicación, en el año 2019 empezaron las negociaciones con el CCFC (Grupo Vía Central), que fue el que ganó la licitación, y llegamos a la adjudicación de 124 aparatos de vía.
Esta fue la primera vez que, a nivel ferroviario, había compradores que no estaban en Uruguay, como Sacyr, que utilizaban la estructura de su casa matriz para realizar muchas de las compras que se concretaron para Uruguay. En este sentido el trabajo desde la sede de Amurrio fue crucial para conseguir el cierre de las ventas.
Jean Robert Laarhoven: Puntualizando esto, yo creo que no se habría cerrado sin el trabajo en equipo que se llevó a cabo. Ha sido fundamental la presencia local, que es algo por lo que apostamos siempre desde Amurrio, y en este caso concreto, que ha sido un proceso muy exigente tanto a nivel comercial como a nivel técnico. La preparación de la oferta, y también lo que es perseguir al cliente, estar presente y muy pendiente de lo que sucede sobre el terreno en el país, es clave. Porque es verdad que las casas matrices participaron y estuvieron muy implicadas, pero al final el proyecto está allí, en Uruguay. Toda la preparación de las condiciones del contrato, de entender bien lo que decían, lo que necesita el cliente, todo eso requirió muchas horas de reuniones entre nosotros que fueron muy importantes.
Rafael Crespo: Una de las claves del éxito fue el trabajo en equipo entre la presencia local en Uruguay, el seguimiento cercano y el trabajo desde la casa matriz en España.
Pregunta: ¿Cuáles fueron las fechas de inicio y finalización del proyecto?
Rafael Crespo: Comenzamos la provisión en noviembre de 2020 y terminamos en diciembre de 2021. Un año de provisión para 124 aparatos de vía. Uno de los grandes desafíos del proyecto fue llevarlo adelante en el plazo de un año.
¿Cuáles fueron las mayores dificultades a las que se ha hecho frente?
Rafael Crespo: Indudablemente fue todo el tema de la producción y toda la logística de sacar este volumen de material en un tiempo tan limitado. Hay que señalar que el proyecto nos ayudó un poquito, por retrasos que sufrio, tenía que haber terminado en septiembre del 2022, y va a terminar en diciembre del 2023. Y aún así ha sido todo un reto. Todos tuvimos una gran lección con la logística, aprendimos mucho.
Jean Robert Laarhoven: Puntualizando podemos decir que fue un gran éxito. Estuvimos enviando el material metálico desde Amurrio, después de haber comprobado los conjuntos con las traviesas, o durmientes, como se dice allá.
Las traviesas se fabricaron en Portugal, y salieron en embarques separados. Cuadrar esa logística, en la que los componentes metálicos se enviaban desde el puerto de Bilbao y las durmientes se enviaban desde Portugal fue un reto interesante. Además, salidas en diferentes barcos y con diferente método de carga –contenedores para las traviesas, plataformas con ruedas para la parte metalica–, para que llegaran al mismo tiempo, fue el reto a superar.
Hay que señalar también que el cliente recibió y almacenó los materiales muy correctamente, y tuvimos una información muy fluida que nos permitió solucionar con rapidez las escasos Incidencias que se produjeron, incluyendo en el siguiente envío los repuestos del material defectuoso. Pero en todo caso, las incidencias fueron pequeñas y realmente la excepción de la norma… unas placas y poca cosa más, y rápidamente en el embarque siguiente se pudieron reponer.
Rafael Crespo: En total hicimos nueve embarques desde el puerto de Bilbao y otros tantos desde Portugal.
Y por supuesto hubo un desafío importante para Amurrio en la producción. Era la primera vez que se enfrentaba un reto de estas características, en volumen y en plazo de entrega y a 10.000 kilómetros de distancia. Y todo funcionó de maravilla, desde el cliente no nos llegó ni una queja. La programación se cumplió con mucha exactitud.
Jean Robert Laarhoven: Otro reto fue el arranque de la producción, pero eso como cualquier otro proyecto. Cuando arrancas, el inicio es siempre lo más difícil, subsanar los pequeños problemas, adecuarse al plazo de la primera entrega, eso fue bastante complejo. Pero una vez que empezó a rodar no hemos tenido mayores inconvenientes. Por eso creo que el mayor reto fue la parte logística, como ya hemos comentado. Y después las cosas adicionales que nos pidió el cliente, como por ejemplo la asistencia técnica, o el suministro de cerrojos para los desvíos. Casi fue más complicado eso, que el suministro original.
En cuanto a la asistencia técnica, también es importante la presencia constante. Cuando no estábamos nosotros Rafael se acercaba la obra, hablaba con el encargado, con el de compras, con quien hiciera falta para mantener el contacto fresco. Así cuando mandamos gente allí los contactos ya existían, y la entrada de nuestro personal era mucho más fácil. En este caso desplazamos durante una semana a un especialista, que además es el encargado del montaje en fábrica. Alguien que ya había trabajado con ese material y sabía perfectamente como liderar equipos y enseñarles cómo instalar los equipos. Fue un coaching completo, porque faltaba terminar algunas operaciones de taladrado, de medición, de ajuste… se trataba de operaciones que en su día el cliente no nos contrató pero que al final sí que hicieron falta. El cliente fue muy sensato y nos solicitó el servicio, lo que permitió que solucionar con fluidez algunas incidencias.
Pregunta: ¿En qué fase se encuentra actualmente el proyecto?
Rafael Crespo: Yo diría que está acabado en un 90- 95%. El 5 ó 10% restante, en el que se está trabajando actualmente, es el más complicado porque es el ingreso a Montevideo. Es donde está el cuello de botella, con bastantes incidencias técnicas y de urbanismo, expropiaciones, etc.
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